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           Hola, soy Anabel

Mi primera media maratón en Alcudia, Mallorca, 2024.

Mamá de 2 niños que ayuda a mujeres como tú —madres, trabajadoras— a integrar el running en su vida diaria sin presión, sin excusas y con una motivación real.
Con rutinas adaptadas, retos alcanzables y una comunidad que te inspira. Me entusiasma aportar desde mi experiencia para que tú también te atrevas a sentirte con más energía, más claridad mental y una autoestima que se fortalezca con cada kilómetro.

Porque correr no es solo mover el cuerpo. Es volver a creer en ti.

Mi historia

 

Desde niña quise correr.
Lo veía como algo natural, como volar con los pies. Veía a la gente disfrutar de esa libertad y deseaba sentir lo mismo. Pero en casa no me dejaron apuntarme a clases de atletismo. Así que ese deseo quedó guardado, como tantas cosas que dejamos para "más adelante".

De adolescente lo intenté por mi cuenta. Salía a correr un poco, con más ilusión que técnica. Pero siempre acababa con molestias en las piernas.
No entendía que correr no es solo echarse a la calle con unas zapatillas: el cuerpo necesita adaptación, fuerza, cabeza.
Y yo no le daba ni tiempo ni preparación.

Lo volví a intentar con 30 años. Y otra vez, lo mismo: molestias, frustración y abandono.

 

Hasta que un día, con 38 años, me lancé de nuevo. Me apunté a una carrera popular en mi pueblo, sin saber muy bien por qué. Y algo fue distinto: no sentí dolor.
Esta vez, algo dentro de mí estaba listo. Saboreé cada minuto entre otros corredores, palpé sus nervios y me contagié de su ilusión.

Me enganché muy rápido. Las primeras salidas costaron, el cuerpo protestaba, la mente ponía, y sigue poniendo, excusas. Pero una vez que empiezas a sentir esa energía, ese subidón, ese momento de libertad…
Ya no quieres parar.

Carrera popular "Sa Galleta" 2023.

 

El entusiasmo fue tanto que me lesioné varias veces por no hacer las cosas bien, por querer ir siempre al límite. Entre 3 y 4 lesiones me recordaron que el cuerpo no es una máquina: hay que cuidarlo, fortalecerlo, escucharlo.

Aprendí a correr con más cabeza y menos impulso.
Ahora no busco competir ni medirme con nadie, busco sentirme bien.
He fortalecido mi cuerpo, trabajo mi fuerza, cuido mis tiempos. Disfruto corriendo sin mirar el reloj. El running sigue siendo un hobby, pero ya no es una obsesión: es un estilo de vida.

Mi cuerpo ha cambiado mucho. Me siento más fuerte, con más energía y vitalidad.
Y lo mejor es cómo este cambio ha contagiado a mi familia: corremos juntos por la playa, por el campo y en carreras populares.
Cuando mis hijos están en sus extraescolares, yo doy zancadas a su alrededor.
Ellos lo ven. Se inspiran. Y sin darme cuenta, soy su ejemplo.

Corriendo con mis hijos en el Serral de Ses Monges, Inca.

 

Correr no solo me ha dado salud, sino la conexión conmigo, que hacía unos años brillaba por su ausencia. La conexión con ellos, con la vida. Y todo empezó con un sueño de niña que, aunque se durmió por años, nunca se apagó.

Nunca es tarde para empezar… cuando lo haces desde el corazón.

Empezando el día dando zancadas en la playa de Alcudia, Mallorca, 2025.

 

Hoy, a través de Zancadas de mamá, mi propósito es acompañar a otras mamás que quieren empezar a correr, solas o con sus hijos, para que lo hagan con cabeza, con ilusión y, sobre todo, sin frustrarse ni abandonar, disfrutando del camino a su ritmo.

Zancadas con mis hijos en playa de Alcudia, Mallorca.

Contacto

Me encantaría conocer tu historia.

666 791 392

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